París, la “Ciudad de la Luz”, ha inspirado la determinación y la perseverancia de muchas personas a lo largo de la historia. Desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, París ha sido un polo de influencia política y cultural. Ha producido algunos de los mejores artistas, escritores y pensadores del mundo y ha estado a la vanguardia del cambio social y político.

Sus monumentos como la Torre Eiffel y la catedral de Notre Dame se han convertido en símbolos de su resiliencia y solidez. A pesar de desafíos como el incendio de Notre Dame o los ataques terroristas del 23 de noviembre de 2015, los parisinos siempre han demostrado su determinación de reconstruir y perseverar.

París, la Ciudad Luz es también la capital de la cultura, la gastronomía, la moda, las compras y el romance. Pero, ¿por qué el apodo de “Ciudad de la Luz”?

El origen del apodo, París, la Ciudad de la Luz, nació durante el reinado de Luis XIV, en 1665, con la creación de la primera red de alumbrado público. Para hacer frente a crimen nocturno, que se estaba volviendo cada vez más violentos, Nicolas de la Reynie, jefe de la policía de París, decidió en 1667, instalar en las cales de París, casi 7 000 antorchas y linternas, para iluminar la mayoría de las carreteras. Esto hizo posible prevenir los ataques contra las víctimas, por parte de matones, que se escondían en los callejones oscuros.

En 1820, Philippe Lebon desarrolló y creó la iluminación de gas, que se extendió rápidamente por toda la ciudad. Pero fue en 1900, durante la Exposición Universal, que la ciudad de París, fue reconocida en todo el mundo como la Ciudad de la Luz!